Sueños de los mejores libros escolares

31.07.2013 17:32

Entonces, cuando Job abrió los ojos ya había vuelto a nuestro mundo. Se encontraba en su nueva biblioteca de libros que había comprado recién, todos esos libros escolares eran maravillosos, algunos hablaban de mitología griega, de historias que cualquier humano jamás podrá creer ya que son tan fantásticas que ni siquiera caben en la imaginación de un mortal.

 

Él acababa de tener un sueño en el cual su reloj era mágico, y quería comprobar su eficacia, quería saber que tan lejos podía ir aquello que acababa de ver en sus sueños, a aquel misterioso hombre de la edad de los castillos. Entonces tomó un frasco que tenía ubicado en el laboratorio de su mansión. El frasco contenía un líquido blanco, y estaba sellado con un corcho, así como los vinos que aparecen dentro de los libros en guadalajara. También tomó una sustancia hecha polvo que estaba guardada dentro de un papel maché, para luego mezclar las dos y verterles en un vaso de ensayo, de aquellos que usan los químicos.

 

Inmediatamente cayó sobre el suelo y se golpeó la cabeza, perdió un diente, el delantero. Pero el reloj inmediatamente empezó a actuar, llevando a Job a otro lugar muy distante. Lo que él había elaborado era una fórmula química que podía ayudar a dormir caballos, y como no midió bien las cantidades, ya que él no es un químico, entonces se le pasó la mano y cayó al suelo de inmediato.

Todo lo que se había leído en los libros escolares estaba a punto de ser desmentido ante los ojos de Job, quien acababa de llegar a la edad de los dinosaurios y estaba viendo uno justo enfrente de él. Entendió inmediatamente que había diferencias que no existían y que fueron detalladas más de un trillón de veces en los libros guadalajara.

 

Por ejemplo, todos los dinosaurios que estaba viendo tenían más de seis piernas, dientes azules, pelaje color marrón y algunos de ellos se comunicaban perfectamente entre ellos. Incluso algunos tenían herramientas, tales como un líquido que podía revertir las picaduras de mosquitos y otro que hacía que la comida creciera inmediatamente de los árboles cuando se le aplicaba encima.

Cuando nuestro personaje principal estaba observando a esos animales gigantescos hacer cosas que jamás imaginó, se dio cuenta de que el mundo es una falacia, que la mayoría de las cosas que creemos entender no son ni siquiera ciertas. Pero en vez de desanimarse, él tuvo la iniciativa de escribir en un diario todo lo que pudiera ver, pero lo malo es que su reloj místico no podía hacer viajes en el tiempo más que dentro de los sueños, así que la idea de Job era algo imposible, tendría que recordar con perfecto detalle cualquier cosa que viera, escuchara o sintiera para que no se borraran de su memoria.

 

 

 

Cuando Job despertó quiso anotar todo lo que vio, pero inmediatamente empezó a olvidar muchos detalles, cada detalle de lo que había visto se estaba yendo de su memoria en cuestión de minutos y él hubiera necesitado de perdida dos horas para escribir todo lo que había presenciado durante su sueño. Parecía que los recuerdos caían de su mente así como el agua cae de nuestras manos cuando la queremos detener, saliéndose entre los dedos inmediatamente y bajando con la fuerza de la gravedad.